jueves, 1 de diciembre de 2011

Diciembre un mes para ilusionarse

El puntapié inicial se observó: un buen comienzo de la temporada navideña americana. La historia lo convalida. El S&P500, subió en 11 de los últimos 15 años, entre el Black Friday y la última rueda de diciembre. Y aún más interesante es el resultado para el Merval, que ganó en 12 y perdió en sólo 3 años. Ahora, hay que esperar que los políticos europeos, tomen las decisiones que hay que tomar… Si eso sucede, más de un inversor, podrá descorchar un buen champagne en estas fiestas.
Por Sabrina Corujo - Economista Portfolio Personal
El inversor necesita creer que Papá Noel existe. La razón es simple y clara: los principales mercados del mundo acumulan, en lo que va de este 2011, caídas de entre 5% y 30%; y esperan que diciembre les permita recortar ese rojo o, lo que sería mejor, terminar algo arriba en su balance anual según sea la plaza en la que este posicionado. Por ende, todas las expectativas estarán puestas en las próximas semanas, en donde más de un inversor espera poder ver y disfrutar de lo que se suele llamar “rally navideño”. El puntapié inicial, al menos, fue positivo. Son los datos de ventas en EE.UU. del Black Friday -es decir, del viernes 25 de noviembre- y, siendo más amplios, de todo el último fin de semana.

De hecho, la firma ShopperTrak, habla de que ese viernes los consumidores americanos gastaron unos USD 11.400 millones el pasado viernes, un 6.6% más que un año antes. Logrando así un nuevo récord para la fecha que inicia la temporada de ventas navideñas. "Éste ha sido el mayor incremento interanual en los cálculos de ventas en un Black Friday desde el aumento del 8.3% que vimos entre 2007 y 2008", añadió un comunicado de la firma. Esto se explica, porque según los medios, unos 155 millones de personas fueron a las tiendas en busca de los famosos descuentos que se suelen ofrecer durante ese día.

Ahora bien, las cifras son aún más positivas, si se suman también las ventas del fin de semana -una especie de Black Saturday, pero con promociones y descuentos en equipos y materiales para oficinas y pequeños negocios-, y el Cyber Monday que se cree batió récords de ventas. Por algo, según la Federación Nacional de Retail, entre el viernes y el domingo, las ventas en las tiendas y por Internet crecieron cerca de 16% a US$ 52.000 millones desde los US$ 45.000 millones el año pasado. Y eso que falta, como dijimos, aún las cifras del lunes –Cyber Monday- para el que las expectativas son por demás favorables.

Ahora bien, no importa si como se dice ayudó el clima –fue el Black Friday más caluroso en cinco años, con la menor cantidad de nieve desde 1999-, o si en realidad la crisis acecha y por eso fueron más los consumidores que quisieron aprovechar los fuertes descuentos; lo importante, en concreto, debe ser entender que la temporada comenzó bien, y que el mercado puede así sostener el sueño de un rally en las últimas semanas del año.

De hecho, que los inversores esperen, sueñen, o bien se muestren esperanzados por lo que se suele denominar “rally navideño” tiene una justificación en la historia. Si uno mira el comportamiento del S&P500 y del Dow Jones en los últimos 15 años encuentra buenas razones para esperar una suba, aunque sea, limitada. Entre el Black Friday –día después de Acción de Gracias- y la última rueda del año, el Dow Jones subió en 10 de los últimos 15 años; con un promedio de suba del 3%. Mientras que el S&P500 ganó en ese mismo período en 11 años desde 1996, lo que nos da una efectividad del 73% y una tasa de ganancia promedio en los años de suba del 2.8%.

Hasta nuestro Merval parece plegarse a esta tendencia y, de forma, aún más positiva. Explicado por su correlación con Wall Street, o por cualquier otra razón propia que se pueda mencionar según el año, en los últimos 15, el índice líder subió en 12 años y perdió sólo en 3. El promedio de suba: más de 9%. No estaría nada mal que se repita este 2011 si consideramos que, en lo que va del año, el Merval acumula un rojo del orden del 30%.

Pero ¿por qué se denomina a este fenómeno “rally navideño”? Más allá de por las fiestas, se afirma que durante estas semanas se explica gran parte de las ganancias de las empresas durante el año y que buenas ventas auguran abultados resultados corporativos; un marco que, claramente, tiene su correlato en la cotización de las acciones. Algunos estiman, sin ir más lejos, que durante esas semanas los minoristas explican una quinta parte de sus ventas en todo el año. Incluso el análisis va más allá de la micro, y debe abarcar a la macro. Esto último, en especial, si tenemos en cuenta que cerca del 70% del PBI americano lo representa el consumo. Desde allí, la cuenta es fácil: más ventas, más consumo, más se aleja la posibilidad de una recesión y se fortalece la concepción de una recuperación económica.

Y si con esto, no se convence al lector de porque algunos esperan ganancias en esta época, hay quienes justifican sus buenas expectativa por otras razones. Se habla de cuestiones o explicaciones fiscales, contables o de una anticipación al “efecto enero” que algunos califican como un buen mes para el mercado; o bien de simples cuestiones psicológicas. Se ha leído más de una vez, quien vendería en esta época, cuando muchos lo único que hacen es hablar o esperar un “rally” navideño.

Igual es claro que confiar en que la historia se repita no es lo único que el inversor debe esperar en las próximas ruedas. Lo que debe esperar y apostar es que sean Merkel, Sarkozy, Draghi, y hasta Obama o Bernanke quienes se disfracen en estas fiestas del famoso y siempre bien ponderado abuelo, de barba blanca y contextura grande que suele llegar cargado de regalos el 24 a la medianoche. De hecho, la medida conjunta que los Bancos Centrales del mundo acaban de comunicar, podría ir en esa línea. Al menos, podríamos decir que tienen puesto el típico sombrero del Tío Sam.

Es decir, que sean los líderes del mundo los que hagan las veces de Papa Noél, y “regalen” al mercado las medidas y acciones que se esperan. Sin ellas, la incertidumbre o la preocupación ante la posibilidad de una nueva recesión mundial disparada por la crisis europea, seguirá frenando la probabilidad de cualquier “rally”. Ahora bien, atención, que si lo hacen, el fenómeno analizado en esta nota puede ser más que importante –léase, mucho más positivo que otros años- ante las fuertes caídas que hoy se acumulan. Sólo resta así contestarnos ¿creen ustedes en Papa Noel?

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