miércoles, 8 de febrero de 2012

Tomas Bulat en el cronista

Uno escucha los discursos de la Presidente sobre temas económicos y no puede menos que sentirse aliviado. El desempleo está en su nivel más bajo, de hecho y según el Indec, se encuentra por debajo del 7%. El PBI creció el 9,2% en el 2011. Se alcanzó un récord en la venta de automóviles, se logró mantener el superávit comercial por encima de los u$s 10.000 millones y hasta hubo un poco más de $ 4.000 millones de superávit fiscal primario (el financiero, es otra cosa).
La inquietud es, si todo va tan bien, por qué se debe hacer tanta sintonía fina. ¿Será por la crisis internacional que mantiene la soja por encima de los u$s 450 la tonelada o el oro por encima de los 1700 la onza troy? ¿O será por la economía de Brasil que ahora es la sexta mas grande del mundo cuando hace sólo tres años era la novena? ¿O será porque las tasas de interés internacionales están en su nivel mas bajo de la historia y, para colmo, piensan seguir así dos años más? Si la crisis internacional es lo que pasa en Grecia, realmente mucho impacto aquí en Argentina no ha tenido.

Sintonía Fina

Es increíble cómo el lenguaje político resignifica palabras que pasan a la historia. ¿Por qué? Se las usa para describir algo distinto a su significado original. Ya las bromas abundan, un amigo me dijo que su matrimonio está haciendo sintonía fina, después tuvo que aclararme que se estaba separando. Más duro fue el titular de la CGT, Hugo Moyano, quien dijo que le recordaba a Menem. Pero la redefinición la dio la Presidente cuando dijo que la sintonía fina era terminar las avivadas y analizar sector por sector rentabilidades, inversiones, sueldos de gerentes. Ser más finos significa -entonces-presionar un poco más a toda la economía. Más controles, un poco más de garrote y, como falta plata, bastante menos zanahoria.
Llama la atención que luego de una descripción detallada de las importaciones de energía y su fuerte crecimiento, se decide: primero, hacer una denuncia contra las empresas petroleras; y segundo, eliminar dos incentivos fiscales existentes tendientes a incrementar la producción de petróleo y la refinación de nafta.
Si sumamos además la obligatoriedad de liquidar las divisas de las exportaciones en el país y los límites al pago de dividendos ¿Cómo se podrá concretar la pretendida (y necesaria) inversión en petróleo?
Es desorientador escuchar discursos donde se hacen planteos que luego no son consistentes con las acciones que se llevan adelante. La Presidente dijo que las paritarias son libres, pero que el Estado intervendrá si las partes no llegan a un acuerdo; en tanto el Ministro de Trabajo manifestó que no va a homologar cualquier cosa. Por lo tanto, las paritarias ¿son libres?
Por otro lado, la década de los 90 fue la peor de la economía argentina, pero ahora se castiga al club de los devaluacionistas. ¿A quién les recuerda? Ahora el tipo de cambio bajo es una bendición y nuevamente es lo único que nos garantiza estabilidad. La diferencia con los 90 es que se cierra la economía y se defiende a nuestros productores argentinos, a cualquier precio... ¡que Ud. y yo pagamos!

Inflación

Hay que reconocer que la inflación no es un tema para el gobierno y, por lo tanto, no se toman medidas para combatirla. Ya irá bajando sola, mientras tanto suben las tarifas, las negociaciones salariales aprobadas (24% aceiteros, 27% textiles) y se suma a esto que el BCRA dará créditos para Pymes fondeados en ampliar la base monetaria. Por lo tanto, si la inflación disminuye se deberá a un tipo de cambio cada vez más retrasado y/o por recesión. Como se quiere seguir promoviendo el consumo interno, entonces solo se puede esperar un dólar más barato aún.
En el comercio internacional se le agradece a América Latina su apoyo por Malvinas, se habla de nuestros amigos/hermanos brasileños y, sin embargo, se les cierran las fronteras a los mismos acuerdos que antes se habían firmado con ellos. Hacen más esfuerzos en cerrar la economía y justificarse que en dedicarse a exportar más.

Desorientación.

Es cierto que lo que hasta hoy funcionó en economía pareciera ya no funcionar más. Ya no hay superávit fiscal, superávit energético, competitividad por tipo de cambio barato, capacidad ociosa, reservas de libre disponibilidad o fondos de las AFJP. Es decir, se terminaron los excedentes que había en la economía. Ahora hay que crecer agregando a los stocks (inversión), lo cual implica otra lógica de funcionamiento y, fundamentalmente, de incentivos.
Quizás el gobierno no esté desorientado y lo esté él que escribe. Pero no puedo dejar de notar que estas ambivalencias pueden ser menores en momento de crecimiento y viento a favor, pero definitivamente juegan en contra cuando lo que hay que hacer es “sintonía fina”.


Fuente: El Cronista
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