Actualmente, el VIX se encuentra alrededor de los 14 puntos, su nivel más bajo desde junio de 2007 –seis meses antes de la recesión que en Estados Unidos arrancó en diciembre de ese año. Esto indica que el miedo de los inversores ha disminuido y que los niveles de volatilidad se encuentran nuevamente en los estándares de la etapa pre-estancamiento económico.
No obstante, no hay que confiarse frente a tanta tranquilidad, porque dentro de todo lago tranquilo puede asomarse un monstruo dispuesto a devorarse al mercado en cualquier momento. En este sentido, el economista jefe de InversorGlobal, Diego Martínez Burzaco, sostiene que “el actual nivel del VIX contiene expectativas favorables para las condiciones económicas globales pero podría revertirse en el caso de que se registren eventos económicos inesperados”.
No decimos que el hecho que el VIX esté bajo no sea una buena señal, pero no hay que perder la cautela porque todo podría alborotarse en cualquier momento. Después de todo, es el mercado y su bipolaridad es algo que lo caracteriza.

Es así que hay que mirar con recelo esta tranquilidad y no bajar la guardia. Si quiere conocer más acerca del índice VIX, lo invitamos a leer Volatilidad de mercado y nuevos parámetros de riesgo en la edición de noviembre de revista InversorGlobal.
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