martes, 27 de diciembre de 2011

Cuidado con las reservas

A pesar del auge y el crecimiento a tasas chinas, de sus récords de recaudación fiscal y del flujo de divisas hacia emergentes que se vio a nivel global, la Argentina fue empeorando en estos últimos dos años su capacidad para respaldar los ahorros del sistema financiero y actuar ante una posible corrida bancaria. Las reservas del Banco Central, que en 2009 alcanzaban a respaldar el 70% del dinero que estaba en circulación en el país y depositado en los bancos locales, empezaron a reducir fuertemente su tamaño hasta representar hoy menos de la mitad de ese total (43%).
El porcentaje que sirve para inferir la capacidad de respaldo que tiene un país sobre su sistema financiero está hoy muy cerca ya de la marca mínima que llegó a registrarse en la post convertibilidad, a fines de 2005, inmediatamente después de que Néstor Kirchner aceptara pagar en efectivo y al contado el total de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (ver infografía).
La menor cobertura se dio porque, durante este año, el Banco Central argentino fue el único en la región que no logró sumar un sólo dólar a sus arcas. Y que en cambio perdió más de u$s 6.000 millones por pagar con ellas la deuda del Gobierno y mantener apreciado el tipo de cambio contra todas las expectativas del mercado.
El resultado refleja una mayor desprotección de los ahorros de los argentinos. “El número en sí, del 42,8%, no es malo. Es mejor que el que se tenía en la convertibilidad antes de la debacle del 2001. Pero la caída de este ratio marca una tendencia que puede llegar a ser preocupante. E indica que si la Argentina sigue atrasando su tipo de cambio y usando sus reservas para pagar deuda, y la fuga de capitales no afloja, está ante un gran problema”, explicó Andrés Méndez, el titular de la consultora AMF Economía que realizó la estimación para El Cronista.
Las reservas del Banco Central disminuyeron tan abruptamente durante este año que dejaron de cubrir, hace sólo un mes, el total de la “base monetaria”, es decir, la cantidad de billetes y monedas en circulación que tiene la economía local. Con esto quedaron totalmente evaporadas las llamadas “reservas de libre disponibilidad” que el Gobierno podía utilizar por ley para cancelar sus propios vencimientos de deuda. La caída de divisas supuso al mismo tiempo una menor cobertura de los depósitos a la vista y de los plazos fijos, que en sólo doce meses pasó del 60% al 42,8%.
Sucedió que el dinero del sector privado (que hoy está en circulación o depositado en bancos) alcanzó el último 16 de diciembre los $ 450.913 millones, frente a un stock de reservas que, en pesos y al tipo de cambio actual, se ubicó cercano a los $ 193.197 millones.
La proporción más aconsejable pocas veces encuentra consenso entre los economistas. Pero aparece vinculada, siempre, con el grado de confianza que tienen los agentes económicos sobre la moneda de un país. La Argentina debe tener, por caso, un ratio mucho más alto que cualquier economía desarrollada y con mayor profundidad financiera, como Alemania, Francia o Japón. Pero podría darse el lujo de mantener uno bastante más bajo que el de otras economías más vulnerables, (y con su misma relación de préstamos y PBI: 14%), como Haití.
“Cada mercado tiene su propia confianza en su moneda, por eso la comparación debe hacerse en el tiempo”, aclaró a este diario Hernán Lacunza, de Empiria Consultores. “Usar reservas para pagar deuda no es gratuito. Desprotege. Hoy ya se tiene mucho menos margen de maniobra ante una contingencia que hace dos años”, agregó.
 
Fuente: El Cronista
 
 

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