lunes, 5 de diciembre de 2011

Como elegir su cartera recomendada para 2012 según el perfil

Definir qué tipo de inversor es cada uno puede ayudarlo a saber en qué lugar se encuentra parado y adónde le gustaría llegar. Para esto, el gurú de las negocios, John Burley, dividió a las personas que buscan hacer negocios con su dinero en seis niveles distintos, un esquema que luego tomó prestado su colega y amigo Robert Kiyosaki. IGDigital los revisa y se los acerca.
1) Los deudores
Estas personas resuelven sus problemas de fondeo pidiendo dinero prestado. Su idea de planificación financiera es “pedirle a Juan para pagarle a Pedro”. Las palabras “cuotas fijas, créditos a sola firma y tasas bajas” siempre llaman su atención. Su ejercicio favorito es comprar cosas que no necesitan, obviamente, a pagar en plazos.
A simple vista, parece una persona rica y próspera: puede que tenga coches último modelo y casas grandes. Pero, si uno comienza a investigar llega a la conclusión de que se encuentra al límite de caer en la ruina, ya que todas sus pertenencias están compradas a crédito. Su gran error es pensar que su problema son sus ingresos cuando, en realidad, se trata de su comportamiento con el dinero.
Para quienes se encuentren en este nivel, lo más recomendable sería, en primer lugar, reconocer que tienen un problema y, luego, organizar sus deudas, definir un orden de prioridades y ponerse objetivos realistas para reducirlas paulatinamente.
2) Los ahorristas
Este tipo de inversores ahorran pequeñas sumas de dinero en forma periódica y las colocan, generalmente, en vehículos de bajo riesgo y corto plazo, como cajas de seguridad, cuentas corrientes o plazos fijos. Luego, destinan este dinero al consumo más que a la inversión, ya que lo guardan para adquirir un nuevo televisor de pantalla plana, un coche más moderno o para las vacaciones.
Aun conociendo que la inflación anual proyectada es del 20% y que sus ahorros en términos reales podrían fácilmente llegar a ser negativos (en cuanto a su poder adquisitivo), se niegan a asumir cualquier “riesgo” y siguen prefiriendo tener su dinero “a la vista”.
Los inversores que se identifican con este nivel son los que más deben invertir en su cultura financiera, por lo menos en un primer momento. Anotarse en cursos e investigar sobre literatura financiera puede hacerles abrir los ojos hacia un mundo de rentabilidades más interesantes.
3) Los “inteligentes”
Este nivel puede ser dividido en tres grupos diferentes. Por un lado, están los desesperanzados, aquellos que sienten que el mundo financiero es sumamente complejo y que nunca podrán entender nada de lo que ocurre. Son proclives a delegar esa responsabilidad a sus asesores y confían ciegamente en ellos.
Por otra parte, se encuentran lo cínicos que son quienes saben todas las razones por las que una inversión no va a funcionar. Cuando se les consulta sobre qué papel o bono adquirir, siempre muestran desconfianza hacia todo lo que se les presenta.
Sin embargo, a la hora de comprar una acción, buscan en la parte económica del diario y hacen todo lo que recomiendan los analistas y suelen perder dinero con sus operaciones: cuando un papel aparece recomendado en los medios masivos, ya es demasiado tarde.
El tercer grupo es el de los “timberos”. Estos inversores tienen el mismo acercamiento al mercado de capitales que el de un jugador que va al casino. No suelen seguir reglas ni principios del trading, siempre están buscando el secreto y pensando en el negocio que los salve de por vida.
Estos son, en realidad, los peores. Si se los consulta sobre cómo les está yendo, contestan: “estoy hecho”, “apenas abajo”, cuando, en realidad, están perdiendo toneladas de dinero.
Cuando se viven temporadas alcistas en los mercados, estas personas se encuentran en la gloria y piensan que son los reyes de las finanzas, pero cuando viene la corrección, suelen perder en pocos días todo lo que ganaron.
Cualquiera de los miembros de este grupo debería, en primer lugar, creer que existen rentabilidades realmente importantes en el mercado. Luego, tendrían que dejar sus hábitos y falsas creencias de lado para poder acceder al siguiente nivel de inversores.
4) Los previsores de largo plazo
Estas personas son las que realizan operaciones según sus propias decisiones, por lo que su primera inversión suele ser dirigida a su capacitación personal en el terreno de las finanzas. Para esto, usan consejos conservadores de largo plazo, recomendados por inversores de la talla de Peter Lynch o Warren Buffett.
A su vez, no entran en pánico ante las bajas en los mercados y hasta pueden aprovecharlas para aumentar el número de activos en su cartera. El tipo de estrategia adoptada es la de comprar y esperar. Obviamente, hay que saber qué adquirir y, para eso, primero es necesario aumentar el grado de cultura financiera.
Para este tipo de inversores es fundamental identificar el ciclo en el que se encuentra la economía en el momento de realizar la operación, ya que una mala entrada puede significar muchos años perdidos.
5) Los sofisticados
Estas personas no son nuevas en el juego de los mercados. Generalmente, prefieren concentrarse en unas pocas operaciones que conocen bien, en vez de optar por la diversificación. A su vez, colocan menos del 20% del total de su capital en negocios riesgosos, en los que suelen ingresar de a poco para conocer cómo es su funcionamiento.
De esta forma, si llegaran a sufrir pérdidas, no quedarían cerca de la ruina y utilizarían lo que aprendieron de sus propios errores para capitalizarlo en la próxima inversión. Esto se debe a que saben muy bien que las malas experiencias son parte del camino hacia el éxito.
Un inversor sofisticado suele lograr tasas de un piso del 25% anual, ensamblando diferentes operaciones y poniéndolas juntas para “apalancar” su rendimiento. Así, suelen estudiar temas financieros en forma periódica, leen la parte financiera de los diarios, las publicaciones de inversiones y negocios, y se inscriben en cuanto seminario aparece sobre el tema en el cuál están colocando su dinero.
Ahora bien, ¿sabía que si hubiera colocado 5 mil dólares en Microsoft en 1984, hoy tendría más de un millón de dólares? Por eso, no debe quedarse tranquilo con su política de inversión y empezar a estudiar las posibilidades que existen para poder saltar al siguiente nivel.
6) Los capitalistas
El objetivo de estos inversores es incrementar su capital orquestando sinérgicamente lo que ya poseen: el talento y el tiempo de otras personas. Para ellos, retornos del cien por ciento y más no son ninguna utopía. Esto se debe a que saben cómo manejar el riesgo (en vez de eludirlo) y lograr ganancias, incluso sin tener que poner dinero, en un principio.
Estas personas crean un negocio y, luego, lo venden al mercado. A su vez, suelen tener la tenencia mayoritaria (51%) de las acciones de las empresas que se negocian en la Bolsa. Son controladores.
Cuando las cosas andan bien les va muy bien en sus negocios y, cuando todo se desploma, multiplican sus fortunas en poco tiempo ya que tienen en claro que el caos económico significa un gran número de nuevas oportunidades. Por esta razón, ocupan el máximo nivel al que cualquier inversor puede aspirar.

Inversor Global

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